Monólogo N°29: Un Café Solitario

A veces suelo volver al pasado en sueños. Es algo que me gusta, es increíble ver la misma escena 2 veces, siendo 2 personas distintas. Siempre hay tiempo para recordar, aun en medio del caos.

Era una de las tantas caminatas a casa, pero esta vez, estaba solo y era de noche. Siento que la noche se asemeja un poco a la calma. Las calles que suelen estar repletas de gente y ruido ahora están en silencio, solas, haciendo de tu presencia un evento algo extraño. La oscuridad es apenas contenida artificialmente por luces y reflejos. La música se disfruta más, de hecho, a veces puedes escuchar cosas que omites en canciones que escuchas a diario. No sé, digamos que me siento a gusto en esa oscuridad, con ese silencio. Claro, como para la mayoría de las cosas, una caminata nocturna se disfruta más con compañía, pero esa vez estaba solo y, aunque algo raro ahora que lo pienso, fue una de esas ocasiones en que la soledad fue fácil de disfrutar.

Elegir el camino a casa fue entretenido. Había muchas opciones, todas con sus recuerdos. Decidí ir por el camino que usaba cuando iba al liceo. Me trae recuerdos pasar por ahí, fue un lugar en el que cree mucho de lo que soy hoy. El liceo fue un lugar donde conocí a personas geniales, donde pude darme cuenta de lo pequeño que soy y de lo grande del mundo. Sin duda alguna fueron buenos tiempos. Luego continúe con el camino, pasando a donde vivía un amigo. En esa cuadra caminé muchas veces perdido y a la vez feliz, las locuras y las drogas no faltaron. Supongo que para ese entonces aún tenía mucho que aprender…

Seguí con la caminata. A día de hoy aun se me hace extraño caminar por ahí solo, solía hacerlo con alguien a quien quise mucho. A veces me pregunto si aún camina por ahí, al menos sé que ella recuerda el camino. Más adelante hay una escuela a la que no fui, pero donde iban algunos conocidos. Pasaba con mi tío Jaime a buscarlos, en su furgón. Ahora que lo pienso, siempre me gustaron los autos cuando era pequeño… Espero volver a disfrutar de ellos, ahora como conductor. Es una de las cosas que según recuerdo más me gustaban hacer, mi tío siempre fue muy cariñoso conmigo, es un recuerdo muy feliz.

Seguí por el camino, una cuadra más allá, donde solía doblar a la izquierda, pero ahora lo hacía a la derecha. En el sueño miré hacia atrás, la verdad entiendo que significa, pero a pesar de que me gusta recordar, no creo que ahora sería lo mismo. Un poco más adelante por la misma calle, había un café. Me pregunto si aún estará ahí. Me gustaría invitar a alguien, lo haré la siguiente vez, en caso de que aún este ahí, claro. El camino sigue hacia una plaza, que además de pequeña esta un poco escondida. No se cuantas veces he tomado café ahí, de noche, pero también lo hice en aquella ocasión. Una pausa en el camino, un breve respiro. No sé muy bien qué sensación tuve esa vez.

¿Quizás me sentí perdido?

No lo sé.

La caminata sigue por las mismas calles que recorrí mil veces, aunque ya no eran para ir a casa, sino para volver. Ahora que lo pienso sí me sentí perdido. Las cosas cambian, no somos los mismos y muchas veces nos cuesta entender y aceptar eso. Quien sabe, quizás aun sigo perdido. Ahora que todo es un recuerdo y que no puedo escapar de mi casa y caminar de noche, todos esos recuerdos parecen un tesoro. Aún sigo queriendo caminar con frío. Aún quiero café y compañía. Aún quiero más recuerdos.

Quien sabe, quizás estar perdido me hace sentir vivo.